Dentro del mercado del aluminio arquitectónico (perfiles para hacer ventanas, canceles y puertas de aluminio), existen distintos tipos de acabados que se le puede dar al material, pues este aluminio tiene un nivel de exigencia, que demanda procesos de la más alta calidad, pues se deben cuidar los siguientes factores:
-Resistencia a la corrosión ocasionada por agua o aire.
-Estética uniforme para los perfiles de aluminio.
-Facilidad de limpieza.
-Durabilidad del acabado.
Podríamos decir que la decisión reside en el cliente respecto al diseño o color que elija, sin embargo son procesos totalmente diferentes.
Este artículo estará dividido en 3 partes, donde te explicaremos cada proceso y te diremos a qué color pertenece cada proceso.
Anodizado.
Natural, Negro, Champagne, Oro y Bronce
Primero: se pule el aluminio de manera minuciosa, ya sea de manera manual o con máquina, esto con el objetivo de evitar imperfecciones en el mismo y suciedad.
Segundo: se somete el aluminio a distintos líquidos y ácidos que generan una capa de óxido superficial por el paso de una corriente eléctrica en un electrolito ácido, tomando el aluminio como ánodo.
Tercero: para darles distintos tonos al aluminio, este mismo se somete a un proceso de electro-coloración.
Cuarto: por medio de un proceso de interferencia óptica, se le da diversos acabados y tonos al aluminio.
Quinto: Por último se empaca de manera cuidadosa para evitar el maltrato del material una vez terminado el proceso.
Aunque es un material muy durable, siempre se recomienda darle su debido mantenimiento para que conserve sus propiedades estéticas y mecánicas.
Un ejemplo claro de la aplicación del aluminio anodizado a nivel de arquitectura monumental, es la muy famosa “Torre Latinoamericana”, esta estructura lleva 61 años expuesta desde su creación en el año de 1956, mostrando las grandes propiedades tanto del material, como del proceso.